miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cuento: El eucaliptus

Al costado de la herrumbrada vía en desuso, un pequeño grupo de eucaliptos se alzan atentos y vigilantes, marcando el inicio del caserío.

En su interior, los colores secos y sombríos de tierra y musgo señalan la tranquilidad y paciencia de cientos de años transcurridos sin demasiada trascendencia.

Parado sobre la vía, decidido a encontrarlo no logro distinguirlo, los contrastes de luz y sombras y la homogeneidad de colores me nublan la vista, pero sé que está ahí. Al ingresar y caminar entre ellos su majestuosidad no pasa desapercibida, los vientos fuertes y las tormentas de verano lo han tallado desgarrando sus vidriosas ramas, pero su esencia se mantiene forjada por los años, y su magia hace que el tiempo se detenga.



Cuenta la historia, que muchos años atrás, uno de sus brotes lo desafió atacándolo directamente en su orgullo, su altura.

- Y dime gran eucaliptus, ¿porque debo ser alto como vos, si estás solo en las alturas? - dijo el brote.
- La esperanza de ser participe en la supervivencia como especie es un tema entendido solo por un espíritu maduro y arraigado. Tu solo eres un brote, no desesperes.
- ¿Pero cómo puedes soportar solo hablar y aconsejar a otros? ¿Cómo sabes que alguien te escucha?
- No hace falta que me respondan aquellos que con una simple caricia me acompañan y protegen día a día.
- ¿Acaso perseguir tus objetivos me llenará de dicha? Cómo alcanzarla si tu reflejo de soledad y grandeza no logra colmar mis ansias.

El desafío era la esencia de este pequeño brote. Él sentía que debía cuestionar y debatir todas las estructuras y definiciones, sin importar la falta de mérito que su pequeña existencia le permitía alcanzar. Sentía que él, el más grande de todos, no era un ejemplo a seguir. El brote solo quería seguir su propio camino.

Cuentan que con el tiempo, basando su existencia en contradecir las leyes eucalípticas, el brote descuidó su crecimiento. Solo 4 hojas componían su copa y al no poder alcanzar la luz del sol, empalideció y se secó.

Hoy, nadie sabe donde había brotado y muchos otros ni siquiera se enteraron que existió. Sólo él, el gran eucaliptus, recuerda que una vez, un simple e insignificante brote logro hacer tambalear sus más estructurados esquemas recordándole, que su excelencia era un lugar triste y solitario pero necesario para mantener la supervivencia de la especie.

(Elige tu lugar y acepta las consecuencias de ello)

martes, 28 de septiembre de 2010

21. La puja.

Cada vez que arranca una puja entre dos extremos obtenemos casi siempre lo mismo, muchas opiniones extremas, que nos llevan a la nada, o si, a simples discusiones de sobremesa.
Dentro de nosotros existen muchas veces conceptos incorrectos o malformados, incoherentes o malintencionados que no nos dejan hacer un comentario constructivo y participativo.
Es muy interesante no solo conocer las opiniones de otros, sino ademas interpretarlas.

Cuanta tecnología disponemos para comunicarnos y sin embargo todavía no logramos entendernos ¿será una excusa mas?

¿Acaso una simple discusión no termina (casi siempre) siendo la base para una puja con condimentos cada vez mas furiosos que se transforman finalmente en posiciones políticas inquebrantables?

He visto como muchos con "poca cosa" se repelen entre si y he visto también como otros tantos, por lo mismo, se amontonan.

Debe ser cuestión de química...
¿Será cuestión de piel?
¿Será que está bien o que está mal?

En definitiva, tal vez solo nos gusta eso, estar inquietos y preguntarnos y cuestionar y poner a prueba lo propio y lo ajeno, hasta donde puedo y hasta donde me dejan.

Todo se trata jugar, día a día, hasta que decidimos ponernos de acuerdo en algo... o no, porque no es necesario estar de acuerdo en todo.
Valorar como romper la ley es la base de la curiosidad, desde niños y de forma innata siempre apuntamos unas cuantas antenas a ello. Con dos ángeles en cada hombro que corroen nuestra cabeza, donde todo se puede, pero no todo se debe, y así fue como empezó la diversión o el infierno que alguna vez mató a un gato.

20. La formula de la feliciw4r

Es muy fácil quedar mareado en nuestra falta de sentido, en el sentido de amar, de emprender, de aprender, de progresar, en nuestra falta de sentido de la vida.
Que difícil es entender que solo paso a paso podemos ir avanzando en nuestros cometidos.


La felicidad es el estado de animo de aquel que disfruta lo que desea, es la zanahoria delante de nuestras narices, es pensar que al alcanzarla se obtiene nuestro máximo esplendor, reside en el camino, no en la meta.
Pero, caminar y caminar y nunca alcanzarla nos desmoraliza.
¿Como mantener esa idea de forma latente, aun así pase el tiempo, pase una semana o pasen meses o años?

Esto en algún lado lo leí, lo escribí en un trozo de papel, lo comencé a entender solo cuando lo comencé a practicar y ahora solo lo comparto:

1. Plantear una meta clara y concreta.
2. Establecer las tareas para lograrla.
3. Organizar las tareas.
4. Ponerlas en marcha y evaluar los logros.

Para el primer punto algo que ayuda es hacer una lista y darle una prioridad o importancia.
Este primer punto es el mas importante y también el mas difícil de definir ya que hace falta claridad, ser objetivo y poder dilucidar entre todas las opciones que nos marean, cual es la mas importante.
Primero se puede practicar con objetivos a corto plazo para ver los resultados, luego se puede practicar con objetivos a largo plazo (posibilidades de lograrla), para el resto de los items ... solo hace falta voluntad.
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